#ESDIPER – Elena Suárez Vega

Elena Suárez Vega, recientemente finalizó su Diplomatura General de Animación en ESDIP. Una asturiana que encontró su camino en Madrid, nos ha revelado una interesante travesía que la llevó a convertirse en una apasionada de la animación. En esta entrevista, compartimos algunos de los aspectos más destacados de su experiencia y su visión artística.

Desde temprana edad, Elena demostró su afinidad por las artes. Comenzó a tocar el piano a la temprana edad de 4 años, y esta pasión la llevó a una aventura inusual. Un día, cuando era apenas una niña con una curiosidad insaciable, se acercó a una vecina de 70 años y le preguntó si podría enseñarle a tocar el piano. Este encuentro casual marcó el inicio de una relación especial. La vecina resultó ser una mujer polifacética que no solo le enseñó a tocar el piano, sino que también compartió su conocimiento sobre la pintura al óleo y el mundo del ganchillo. 

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 A pesar de su amor por el arte, también se sumergió en la música de manera más formal, completando el Conservatorio Profesional de Piano mientras estudiaba Ciencias Sociales en el bachillerato, una elección motivada por la falta de una opción de Artes en su colegio. Esta combinación de intereses en la música y las artes visuales finalmente la llevó a estudiar Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Así, su formación se convirtió en un camino hacia la exploración de la intersección entre lo visual y lo musical en su futura carrera en el mundo de la animación.

Dio un giro emocionante en su trayectoria profesional durante su último año de estudios en Comunicación Audiovisual, un período que coincidió con el inicio de la pandemia. Fue entonces cuando comenzó a considerar la posibilidad de especializarse en Animación 2D, un campo que había estado latente en su vida desde la infancia. Elena recuerda que, como niña inquieta que quizás rozaba la hiperactividad, la animación fue su refugio y la única manera en la que podía quedarse quieta por un rato. Pero su amor por la animación no se limitaba solo a mirar dibujos animados; también tenía una pasión por dibujar en cualquier superficie disponible, desde sobres hasta las paredes de su casa. Esta fascinación por la animación y su inclinación natural hacia el arte visual se convirtieron en el punto de partida de su futura carrera.

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En su último año de carrera, Elena tuvo una asignatura llamada “Estudios Televisivos“. Una de las tareas clave de esta asignatura fue escribir un ensayo sobre la relación personal de cada estudiante con la televisión. Sin dudarlo, Elena eligió centrarse en su relación con la animación y cómo su gusto por este arte había evolucionado a lo largo de los años. Recordó con cariño las series y películas de animación de los años 2000, como ‘Avatar: la leyenda de Aang’, que aún disfrutaba revisando año tras año.

Pero no se detuvo ahí. Para su Trabajo de Fin de Grado (TFG), Elena se embarcó en un desafío monumental: crear un minuto de animación dibujo a dibujo. Sin tener conocimiento previo de programas de animación como ToonBoom, se enfrentó al proceso de creación de manera intrépida. Durante ocho meses, realizó casi 900 dibujos uno a uno, capa por capa, y exportó fotograma a fotograma a Adobe Premiere para editar y agregar efectos. El resultado de su esfuerzo es un videoclip que, aunque ella misma admite que le provoca una vergüenza incómoda debido a su timidez ante la cámara, muestra su dedicación y pasión por la animación. Incluso la canción del videoclip fue creada por ella y su equipo:

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Fue durante este proyecto que Elena tomó una decisión importante: quería centrarse por completo en la animación. Se embarcó en una búsqueda para encontrar la mejor escuela de animación en Madrid y descubrió ESDIP. Cuando visitó nuestra escuela, quedó convencida de que quería inscribirse en el Completo de Cine de Animación, pero sus padres, preocupados por su largo camino académico, le aconsejaron que primero probara con el curso de un año de Iniciación a la Animación.

Elena siguió su consejo y, después de ese año inicial, no pudo resistirse a continuar con el segundo año del General de Animación. Reconoció que un solo año no era suficiente para dominar este arte tan hermoso, y aunque eran tres años de estudio, sabía que el verdadero aprendizaje se basaría en su esfuerzo y dedicación personal.

Si bien su tiempo en la escuela le proporcionó una base sólida en animación, Elena admite que ha quedado con ganas de explorar más. El Completo de Cine de Animación, con su enfoque más profundo en áreas como la escultura, el storyboard, el 3D y el cómic, sigue siendo una aspiración para ella.

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Elena también compartió con nosotros su apasionante trayectoria en el campo de la ilustración, donde ha dejado su huella en diversos proyectos a lo largo de los años. Desde sus primeros intentos utilizando acuarelas y tinta en el poemario de su padre hasta sus proyectos más recientes, ha experimentado y desarrollado su estilo de manera notable. Entre sus logros más destacados se encuentran los siguientes:

Cómo arruinarle la siesta a un parado impaciente(Javier Suárez Pandiello, 2017): Este fue el segundo poemario de su padre, y aunque en ese momento no se tomaba la ilustración como una vocación seria, su talento artístico ya brillaba. Sin acceso a una tableta gráfica en ese momento, Elena creó todas las ilustraciones utilizando acuarelas, una técnica que, aunque no le resultaba completamente familiar, no impidió que plasmara su creatividad.

Cosiquines d’Asturies(Charo Pandiello, 2019): Este proyecto fue una recopilación de los poemas de su abuela en asturiano, una obra que no se encuentra a la venta y que lleva consigo un valor sentimental único. Este libro marcó un hito en su evolución artística, ya que durante esta etapa comenzó a experimentar con la tableta gráfica y su estilo se tornó más lineal y distintivo.

‘Sentirte’ (Jorge Pascual Díaz, 2019): Elena también contribuyó al mundo de la ilustración con su trabajo en el poemario de un compañero de estudios, Jorge Pascual Díaz. Este proyecto demuestra su versatilidad artística, ya que se embarcó en un proyecto de creación conjunta con un estilo personal que seguía evolucionando.

‘F(r)ases lunares’ (Javier Suárez Pandiello, 2023): Este es el poemario más reciente de su padre, y Elena lo considera una obra en la que puso un cuidado especial. A lo largo de estos tres años de crecimiento artístico y desarrollo, Elena sintió que había adquirido las herramientas necesarias para producir un trabajo del que se siente inmensamente orgullosa. Esta obra refleja su madurez artística y su habilidad para expresar su creatividad de manera impactante.

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Durante este último año, mientras participaba en el cortometrajeBlue Islandcon nuestro equipo de ESDIP Animation Studios, dedicó tiempo a desarrollar un emocionante proyecto personal: un portafolio de desarrollo visual de una idea original que había estado gestando durante algún tiempo.

El germen de esta idea comenzó a tomar forma en su segundo año, durante la clase de Color Digital con el estimado profesor Fernando Monroy, quien no solo es un gran referente en el campo, sino también un excelente maestro. Durante ese tiempo, Elena comenzó a esbozar las bases de su concepto y, a lo largo del último año, lo amplió de manera independiente.

Elena no se aventuró sola en este viaje creativo. Además de su trabajo en el taller de Técnicas Mixtas dirigido por el inspirador profesor Jorge Sefy, donde creó ilustraciones enriquecedoras, buscó orientación en áreas que le presentaban desafíos particulares. Para mejorar su perspectiva y habilidades de dibujo, acudió a las tutorías con el experimentado profesor Germán Michelena. Estos tres profesores no solo la guiaron, sino que también la inspiraron y ayudaron a dar lo mejor de sí misma en este proyecto.

Hablando de profesores, Elena no puede dejar de mencionar a Carlos Navarro, quien se convirtió en su profesor de animación durante estos últimos tres años. Con su paciencia infinita y su capacidad para transmitir el amor por el arte de la animación, Carlos se convirtió en un referente para nuestra Esdiper, Elena.

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El proyecto del portafolio también tuvo un giro interesante. Inicialmente, Elena lo presentó como una idea para basar el cortometraje de ese año. Sin embargo, aunque su idea no fue la seleccionada en el cortometraje, Elena encontró un valor aún mayor en desarrollar su propia idea original, algo completamente suyo. Esta experiencia le permitió acomodarse a la dirección que finalmente tomó el cortometraje con Blue Island y desarrollar un vínculo especial con el proyecto, a pesar de que no coincidía con su idea inicial.

Si bien el propósito original del portafolio era considerar su aplicación en un cortometraje de animación, Elena también está abierta a la posibilidad de convertirlo en un pequeño libro infantil, una sugerencia que le hizo Germán Michelena y que le ha despertado mucha curiosidad. Aunque no descarta la idea de una película en el futuro, esta nueva perspectiva ofrece un mundo de posibilidades para su creatividad en constante evolución.

Además de sus compromisos y proyectos previos, Elena tiene otro emocionante evento en el horizonte. Está programada para participar en la primera edición de Emerxentes un festival destinado a destacar a los artistas asturianos emergentes, tanto en las artes plásticas como en la música. Este festival, que se llevará a cabo el 4 de noviembre en Gijón, tiene como objetivo principal la creación de una red que conecte a los nuevos talentos artísticos de Asturias y promueva el crecimiento de este sector en la región. Elena se encuentra entre los artistas que contribuirán a dar vida a este evento, lo que subraya su compromiso con el desarrollo y la promoción del arte en su comunidad.

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En cuanto a sus fuentes de inspiración, Elena menciona que varían según el día, pero destaca su amor por las ferias medievales, las exposiciones de arte y los museos de ciencias naturales o arqueología. Sus amigas, tanto las de la escuela como las de la universidad, también desempeñan un papel crucial en su inspiración. Además, el aire libre, los libros de fantasía y las bandas sonoras de películas animadas son fuentes constantes de motivación.

Elena tiene una clara visión de su futuro profesional en el ámbito de la animación y la ilustración. Su pasión se centra en el desarrollo visual de proyectos, especialmente en películas, donde se destaca en la creación de ambientes, colorkeys y conceptos de fondos que dan vida a las historias en la pantalla grande. Además, disfruta tanto del proceso de pintar fondos como de la etapa de diseño previa, donde puede dar forma a lo que finalmente se verá en la pantalla. Su pasión también se extiende a la ilustración editorial, y anhela la oportunidad de diseñar álbumes infantiles, un camino que ya ha explorado a través de su portafolio.

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“Elegí ESDIP porque me encantó la escuela cuando la visité. En ese momento barajaba también la UTAD, pero me pareció muy grande habiendo vivido ya la etapa universitaria, y buscaba una atención más personalizada como la que podía brindar la ESDIP al tener aulas reducidas. Además, desde el principio me pareció que había muy buen rollo en la escuela, sentí mucha cercanía en el trato. Además, también estaba el hecho de que ofrecía el Curso de Iniciación a la Animación de 1 año sin experiencia previa, lo cual era perfecto para probar si realmente este era mi camino (que yo estaba bastante convencida de que sí, pero a los papás es mejor convencerles poco a poco)”. 

Su elección de ESDIP se basó en el ambiente acogedor de la escuela, las aulas reducidas que ofrecen una atención personalizada y la oportunidad de probar sus habilidades en el Curso de Iniciación a la Animación de un año sin experiencia previa. Elena enfatiza que, en ESDIP, el aprendizaje va más allá de los profesores, ya que se nutre de la diversidad de compañeros, estilos de dibujo y gustos.

“Lo que más me gusta de la escuela es que no sólo aprendes de los profesores, sino también de los compañeros. Me gusta que hay mucha diversidad, tanto de personas como de estilo de dibujo, gustos, etc., que creo que viene muy bien para descubrir nuevos horizontes, encontrar referencias que quizás no conoces y crear un espacio conjunto en el que aprender unos de otros y forjar amistades que comprendan tu pasión por los “dibus”, que quizás no encuentras en otros sitios. Lo mejor que me llevo de la escuela son mis referentes: mis amigas y los profes como Monroy, Germán, Sefy, Carlos, Eva Martín, etc”.

A pesar que nos ha dejado clara la respuesta desde el comienzo de la entrevista, finalizamos con la pregunta del millón ¿2D o 3D? Elena tiene un profundo amor por la animación en 2D que ha perdurado desde su infancia. Aunque aprecia las películas en 3D, siente una conexión especial con el 2D, quizás debido a su historia personal o a su afinidad con el dibujo y la pintura. Añade que el proceso de animación en 3D resultaría aburrido para ella.

PORTFOLIO

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ELENAENVENA

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A CONTINUACIÓN OS DEJAMOS UNA RECOPILACIÓN DEL ARTE DE ELENA:

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