Juan Martínez-Risco es un alumno de ESDIP que actualmente cursa 3º del Completo de Animación, participando en la creación del cortometraje que se desarrollará en ESDIP Animation Studio este año: Blue Island. Además, el año pasado colaboró en la creación del cortometraje Toxic, que verá la luz a finales de año.
Antes de entrar en ESDIP, nuestro entrevistado cursó la ESO y estudió bachillerato de artes, donde descubrió su pasión por el arte y la animación. Cuando estaba buscando cursos para formarse como animador, una amiga le habló de la escuela. Después de investigar varias opciones, Juan asistió a la jornada de puertas abiertas de ESDIP donde conoció a Patricia, responsable del departamento académico, quien le presentó la escuela y su funcionamiento. Convencido por lo que vio, Juan decidió cursar el completo de animación en ESDIP.
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Añade que la escuela ofrece una gran oportunidad para aquellos interesados en trabajar en el mundo de la animación. En particular, destaca la posibilidad de producir un cortometraje al final del curso, lo cual puede ser muy útil para aquellos que quieren empezar a trabajar en grandes estudios de animación. Además, durante su tiempo en ESDIP, Juan tuvo la suerte de conocer a personas afines a él y formar amistades sempiternas.
Fuera de la escuela, Juan Martínez se dedica a practicar y mejorar sus habilidades de dibujo, anatomía y animación. Aunque tiene cuenta de Instagram, prefiere enfocarse en hacer sus propios proyectos, practicar o incluso a hacer algún que otro proyectillo con amigos. Además, nos comentó que disfruta de ver cine de todo tipo, ya sea animación, live action o películas infantiles, pues considera que de todo se aprende y se pueden sacar ideas.
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Entre sus gustos y aficiones, destacan el tiempo que dedica a estar con sus amigos, novia y familia, pues considera que es fundamental para su día a día y para su desarrollo como creativo. Para él, la cocina y la música también son importantes aficiones, y disfruta mucho cuando estas tres pasiones se mezclan en una sola obra, como sucede en la película Ratatouille.
“El quedar con mis amigos, novia y familia, lo considero una parte importantísima de mi tiempo y es de lo que más me aporta en mi día a día y de las cosas que considero más importantes para ser, no solo buena persona si no también un buen creativo, en lo que a cualquier rama artística se refiere”.
Para Juan Martínez-Risco, la inspiración no parte de ningún sitio en especial, de vez en cuando viene y, como siempre le han dicho sus padres (citando a Pablo Picasso): “cuando llegue la inspiración, que lo encuentre trabajando”. Sin embargo, reconoce que hay cosas que lo impulsan a ser más creativo, como su reciente descubrimiento gracias a su novia, las películas del Studio Ghibli, lo que le incita a coger un lápiz y comenzar a animar. Además, le encanta compartir obras que le apasionan con amigos y familiares, ya que las reacciones y opiniones de los demás le ayudan a mejorar su trabajo constantemente.
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En sus propias palabras: “Ya que hablamos del futuro, me gustaría poder soñar, y la verdad es que ser director de animación es uno de mis grandes objetivos. Siempre he admirado la figura de personas como Hayao Miyazaki, que consiguen crear obras carismáticas y contar historias interesantes y educativas de forma muy personal. La animación me parece un medio de enseñanza importantísimo, y uno de mis sueños es poder explotar ese poder educativo para, en la medida de lo posible, poder hacer un mundo un poquito mejor, o al menos uno en el que a mí me gustaría más vivir. Además de esto me llama mucho el mundo de la enseñanza en general, y como soy un apasionado de la animación, pues ser profesor de animación es otro de mis grandes objetivos; si yo no puedo convertirme en el nuevo Miyazaki, pues espero al menos dar un empujoncito a otros para que lo sean”.
Para Juan, la animación es una forma definitiva de contar historias que combina diferentes disciplinas artísticas en una sola pieza cinematográfica. “Es, en mi opinión por supuesto, la expresión definitiva de arte, por la maleabilidad a la hora de mezclar todos sus elementos en una sola pieza artística. El hecho de crear vida de la nada a través de dibujos en sucesión siempre me parecerá lo más parecido que se ha conseguido a la magia, más incluso que el cine tradicional, que, repito, en mi opinión, es más limitado que el cine de animación”.
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Por último, la pregunta que no podía faltar: ¿2D o 3D? Juan confiesa que antes era un detractor de la animación 3D, pues la consideraba menos viva y memorable que la 2D. Sin embargo, al pensar en sus películas favoritas de animación 3D, como Kung Fu Panda, reconoce que son piezas magistrales llenas de movimientos fluidos y cargados de intención. A pesar de ello, si tuviera que elegir, nuestro Esdiper se decanta por la animación 2D por considerarla menos limitada, más divertida y creativa en su proceso de creación. No obstante, reconoce que obras recientes como “Arcane” o “Spiderman into the Spiderverse” demuestran cómo la mezcla de ambas técnicas puede llevar a resultados aún más memorables.
A continuación os dejamos una muestra de los proyectos de Juan Risco
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