Emilio Luján, Director de ESDIP Escuela de Arte y ESDIP Animation Studio
Madrid, 1974. Hijo de animador y colorista, Emilio Luján comenzó su formación como animador a los 12 años en la escuela taller Fantasma, germen de la que hoy es la primera Escuela de Animación de España que él mismo dirige, ESDIP . Empresario y productor ligado al mundo artístico desde su niñez, sus gustos cinematográficos son 100% spilberianos y muy ochenteros, del género de la ciencia ficción y los efectos especiales. Sus películas favoritas pasan por ET, Encuentros en la tercera fase, la trilogía de Star Wars, Jóvenes ocultos, Los inmortales, Scanners o Superman (Christopher Reeve).
La animación siempre ha estado presente en tu vida. Eres hijo de animador, por parte de padre y de colorista por parte de madre. ¿Qué recuerdos tienes de tu infancia? ¿Qué supone la animación en tu familia?
La animación siempre ha estado presente para mí desde que tengo recuerdos. No sólo a través de mi padres, si no también de mis tíos y, claro, de su círculo de amistades. Era un trabajo que, a menudo, se podía hacer desde casa (teletrabajo setentero!). Podían ir a recoger las carpetas con los planos que había que animar o colorear y resolverlo en la mesa de trabajo del salón. Así que el recuerdo que guardo de esa época es el de mis padres en su mesa de trabajo y mis hermanos y yo revoloteando alrededor. Mi madre tenía docenas de botes de acrílico, era todo color. Mi padre tenía pilas de hojas dibujadas a lápiz con Don Quijotes, Scoopor Doos o Picapiedras, algunas de las producciones en las que trabajó.
Comenzaste tu formación como animador con 12 años. ¿Fue algo vocacional o te hicieron continuar la estela familiar?
Me gustaba mucho dibujar de pequeñito y lo hacía muy bien. Luego lo dejé pero al ser algo que estaba presente en casa a diario, probablemente quedó fijado en mi carácter como algo natural. A mediados de los ochenta, mis padres, junto a Emilio de la Rosa, crearon Fastasma, una escuela de animación en Madrid, germen de lo que ahora es ESDIP Escuela de Arte. No había medios y, al principio, la escuela fue el salón de mi casa. Estaba siempre ahí. Cuando me levantaba para ir al colegio pasaba por delante de la escuela-salón y al volver las opciones eran ir a mi habitación, a la cocina o al aula. O me hacía master chef o me hacía animador, así que un día cogí uno de los pupitres, lápiz y papel, y continué con la profesión familiar.
¿Qué te llamaba más la atención de la animación?
Me gustaba dibujar. Dibujo a línea, sin más. Las perspectivas y los volúmenes salían solos. Tenía facilidad para ello y era consciente cuando veía mis dibujos y los de mis amigos. El color se me daba fatal y no entendía por qué. De mayor supe que era daltónico.
Cuando comenzaste a estudiar animación, compartiste aula con grandes genios…
En esa época en concreto compartí clase con Borja Montoro, David Villarrubia, Miguel Soto (Miguelito)… Con David aún trabajo. Ahora dirige y escribe guiones. Borja se fue a Disney y hoy nos encontramos en los festivales. A Miguelito le veo menos aunque tiene su propio estudio, Sopa de Sobre en Madrid. Pero no queda ahí la cosa, con los años han sido muchísimos los artistas que han estudiado en Fantasma (ahora ESDIP): Raúl Arias, Germán Michelena, Jesús Colomina (Colo)… Si un día hacemos una cena de ex alumnos llenamos un estadio.
Llevas 35 años dedicados al arte de la animación y más recientemente, a las disciplinas artísticas… ¿Qué significa para ti la animación?
Ha tenido un peso enorme en mi vida. Con la edad, el foco cambió a la educación ya que cuando tuve edad de trabajar mis padres habían dejado ya los estudios para dedicarse a su empresa. La escuela nació como escuela de animación y, aunque con los años, creció hasta abarcar otras disciplinas artísticas, de alguna manera sigue siendo una escuela de animación para mí. En los últimos años he tenido otras inquietudes, que me han llevado a explorar la producción. Educación y producción son dos mundos completamente distintos, pero muy interesantes ambos y quiero seguir explorándolos en paralelo.
“En ESDIP tenemos un equipo de profesores excelente
y nos gusta trabajar”
¿Crees que la animación cuenta con el reconocimiento que merece dentro de la industria?
No. Para empezar, se considera un género. Géneros son la comedia, el thriller, la ciencia ficción… La animación es una técnica. Puedes hacer una comedia de animación, o puedes hacer un thriller animado o una cinta de animación de terror… Creo que poco a poco está dejando de considerarse algo de niños y empieza a tener su peso. Cada vez hay más artistas y mejores que están ampliando el espectro de historias que se pueden contar de esta manera. Me gusta pensar que desde ESDIP hemos puesto nuestro granito de arena.
¿Tiene hoy en día algo que envidiar la animación española a la americana o existe ya una sólida industria de la animación en España?
Lo que hay es mucho talento, mucho. Y lo que no termina de haber es industria. Ha habido oleadas intermitentes pero no se ha conseguido consolidar una industria, enseguida desaparece. Sin embargo soy optimista. Creo que en los últimos años, el número de estudios ha crecido mucho y algunos tienen ya mucha relevancia. Y otros tienen muy buena pinta.
¿Cuál es el futuro de la animación? ¿Hacia dónde se orienta?
Hay cosas muy interesantes que aún están poco maduras pero que apuntan por dónde van los tiros. La realidad virtual y la última versión de Unreal Engine son dos ejemplos. Imagínatelos combinados. Cambia el mundo en el que vivimos.
En 2018 te pones al frente de la dirección de la ESDIP Escuela de Arte. ¿Con qué objetivos tomas el mando de la Escuela?
Queremos dar la mejor formación artística que pueda darse orientada al mercado laboral. Un artista es un profesional, como puede serlo cualquier otro de cualquier sector, que ofrece un servicio a su cliente. Aún existe el prejuicio del artista bohemio, el de que no es un trabajo serio y es una pena porque significa que hay gente que tiene un potencial enorme y que podría ser muy feliz ganándose la vida con ello pero que escogen otra profesión porque creen que no podrán ganarse la vida como ilustrador, animador, o tatuador.
¿Qué diferencia ESDIP de otras Escuelas? ¿Por qué una persona interesada en la animación o los videojuegos debe elegir ESDIP?
ESDIP fue la primera escuela de animación en España. Cuando empezaron a salir clones nos quedamos muy sorprendidos. Nos animó mucho a profundizar en lo que hacíamos. Siempre le hemos puesto mucha pasión. Además, los resultados hablan por sí mismos. Siempre recomendamos a los alumnos y alumnas que guarden sus trabajos y se comparen a sí mismos cada pocos meses. Tenemos un equipo de profesores excelente y nos gusta trabajar. Creo que esos dos ingredientes son los que alguien que quiere mejorar en esto necesita. Y en ESDIP los encuentra.
¿Cómo os ha afectado el confinamiento en la Escuela y de qué forma os habéis adaptado para seguir produciendo y enseñando?
Nos pilló de sorpresa como a todo el mundo pero reaccionamos inmediatamente. Hablamos primero con el equipo y con el alumnado después y explicamos las cosas tal y como eran. Si no es posible dar formación presencial, tendrá que ser online. Por supuesto nadie estaba obligado a hacerlo. La respuesta fue muy bonita, la verdad. Todo el mundo cooperó y el resultado fue sorprendente. Nos ayudó a quitarnos algunos prejuicios de encima con respecto a la formación online. Yo mismo soy más productivo teletrabajando y no tenía ni idea. No todo el mundo lo lleva igual, por supuesto. Pero bueno, es una alternativa. Está ahí para quien le resulte útil.
Uno de los objetivos de ESDIP es formar al alumnado para ganarse la vida como artista? ¿Es complicado hacerlo en España?
No, no lo es. Es como cualquier otra profesión. Necesitas cierto nivel técnico, formalidad y tener la mente abierta. En general es algo bastante lógico. Algo muy importante y que suele olvidarse, es una buena red de contactos. Tus compañeros de clase de hoy serán tus compañeros de profesión de mañana. Pórtate bien siempre, desde el principio. Sé amable con los demás, entrega tus trabajos a tiempo, sé formal, no hables mal de los demás a sus espaldas. El boca-oreja funciona muchísimo en estas profesiones.
¿ Cuál es el trabajo o producción que recuerdas con más cariño y por qué?
Es una pregunta muy difícil. Probablemente el corto Just the beginning, por lo que significó. Fue la primera vez que vi que teníamos un potencial que no estábamos aprovechando del todo.
En 2016 creas ESDIP Animation Studio como área profesional de la Escuela. ¿Qué logros habéis obtenido dentro de la productora?Llevamos poquito tiempo, pero ya hemos hecho un corto muy ambicioso, Blue & Malone. Casos imposibles. Queremos que sea una carta de presentación para lo que va a venir. Es un corto que integra animación 2D, 3D, cut-out e imagen real. Nunca habíamos hecho imagen real y en tan solo dos meses, lo han seleccionado en veinte festivales. Hemos trabajado con gente increíble, como el equipo de Wise Blue Studios o Salon Indien Films. Además, Los últimos trabajos que hemos hecho han sido seleccionados en un número enorme de festivales. He perdido la cuenta. Con nuestro primer corto, I wish, fuimos a los Goya el pasado año.
Actualmente tenemos un proyecto de largo y tres series, pero todavía no puedo hablar de ello. Tendréis que esperar un poquitínnnn todavía.