Jorge Turell, director y creador de The Boogey and The Witch, el cautivador cortometraje que actualmente se encuentra en movimiento por los festivales nacionales e internacionales, nos revela cómo surgió la idea que dio vida a esta fascinante historia. El cortometraje fue producido por ESDIP, quienes apoyaron y respaldaron el proyecto.
LA IDEA
Todo comenzó en medio de las primeras nieves de Filomena. Jorge, consciente de su deseo de crear un cortometraje de stop motion, decidió aprovechar la inspiración que le brindaba el paisaje nevado de Madrid. Mientras paseaba por las calles, se dejaba envolver por la música de Danny Elfman, y fue en ese momento cuando una idea inicial empezó a tomar forma en su mente. Sin embargo, el origen real de esta idea se remonta a un corto previo presentado en Esdip llamado Morphia.
Morphia narraba la historia de una bruja que se miraba en el espejo, ingresaba en él y se adentraba en un laberinto de espejos distorsionados, donde debía enfrentarse a versiones alteradas de su propio reflejo. Su objetivo era encontrar su verdadero reflejo para poder escapar. Aunque la idea detrás de Morphia resultaba prometedora, Jorge sentía que le faltaba algo para alcanzar su máximo potencial. Fue así que, tras un tiempo transcurrido desde su última presentación en noviembre de 2019, en enero de 2021 decidió retomar esta premisa con la intención de ser más fiel a sus propias preferencias y transmitir lo que realmente deseaba.
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Durante su paseo, Jorge tenía claro que la historia debía tener una atmósfera propia de Halloween. Durante la conceptualización de Morphia, la idea de encasillar el cortometraje en el género de terror había limitado en cierta medida algunos de los conceptos que deseaba explorar. Al recibir comentarios de que en ciertos momentos generaba risas en lugar de miedo, Jorge decidió alejarse de la etiqueta del género del terror. Sin embargo, aún quería incluir elementos que sugirieran terror. Inspirándose en las películas de Tim Burton y Henry Selick, Jorge notó que una de las cosas que más le atraían, además de los personajes marginados, era la presencia de mundos que contrastaban entre sí. Desde el mundo de Navidad al mundo de Halloween en Pesadilla antes de Navidad, pasando del mundo real al mundo idílico en Los Mundos de Coraline y del mundo de los vivos al mundo de los muertos en La Novia Cadáver.
Fue entonces cuando Jorge tuvo una revelación creativa. Siempre había contado historias con un solo personaje como protagonista, pero en ese momento se le ocurrió la idea de explorar dos historias diferentes, pero interconectadas, sobre el mismo tema. Ese tema era la percepción que tenemos de nuestra propia imagen física, algo que se ha vuelto cada vez más distorsionado en la era de las redes sociales, aunque siempre ha estado presente.
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Con esta premisa en mente, Jorge se propuso desarrollar la historia de The Boogey and The Witch desde dos perspectivas distintas. Por un lado, estaba Boogey, un personaje singular y enigmático, cuyo mundo interior se veía reflejado en un armario que le permitía enfrentarse a sus miedos y complejos a través de disfraces. Por otro lado, estaba Mildred, una bruja con una visión distorsionada de sí misma, quien usaba un espejo como portal para sumergirse en “la otra dimensión”, enfrentándose a sus peores pesadillas y desafíos. Este concepto de los portales personificados por los elementos simbólicos que representaban las obsesiones y complejos de los protagonistas fue una idea que Jorge desarrolló junto a su amiga Paz Rodríguez durante la etapa de creación de la animática.
Jorge sabía que tenía en sus manos una oportunidad única para explorar y reflexionar sobre la percepción de la imagen física y cómo esta puede afectar nuestra autoestima y bienestar. A medida que las redes sociales desempeñan un papel cada vez más influyente en la sociedad, Jorge se propuso abordar este tema universal a través de su cortometraje, utilizando los personajes de Boogey y Mildred como vehículos para transmitir el mensaje.
Con una visión clara y una idea innovadora en mente, Jorge Turell, director y creador de The Boogey and The Witch, trabajó incansablemente para dar vida a este proyecto, con el apoyo y respaldo de ESDIP, como productores del cortometraje, de su familia y amigos, además de su gran equipo, con el que desarrolló el cortometraje. A medida que la historia se desarrollaba y cobraba forma, Jorge se emocionaba ante la perspectiva de compartir con el mundo su visión única y profunda sobre la percepción de la imagen física y la importancia de aceptarse a uno mismo tal como se es.
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¿Y tú, te aceptas cómo eres?
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